La contaminación del mar comienza en las costas. Ésta es otra de las grandes amenazas a la que se enfrentan las costas mexicanas: los vertidos de aguas residuales urbanas e industriales sin depurar que se producen minuto a minuto. En México solo se trata el 40.2 por ciento de las aguas residuales. Y las autoridades hacen muy poco para incrementar este porcentaje. De hecho, cada segundo se vierten a las cuencas 124 mil litros de aguas sin tratar.
Muchas veces hemos escuchado decir que “lo que importa es el ingreso que el turismo genera y no las repercusiones”, pues es un grave error, en Latinoamérica, unos de nuestros grandes tesoros y que son ampliamente rentables turísticamente y autosostenibles, son las playas de arena negra del Pacífico y las playas de arena blanca del Caribe y océano Atlántico. Estos recursos se están viendo seriamente amenazadas por los altos niveles de contaminación que el mismo turismo genera; poniendo en riesgo tan importante industria y las bellezas naturales que solo América Latina puede ofrecer. Lo preocupante de la situación es que países como México, Colombia, chile, Brasil, entre otros, reciben cerca de 2 millones de turistas anualmente, cifras que se ven amenazadas en disminuir debido a la mala calidad de las aguas de dichas costas y el deterioro del medio ambiente sin que sus gobiernos pongan la menor atención al problema.
Playas Sucias.
De los 154 municipios con costa en el país, únicamente la mitad cuenta con plantas de tratamiento de aguas negras. Sin embargo, de los 77 municipios que sí cuentan con infraestructura para el saneamiento de aguas, una parte no funciona al 100 por ciento de su capacidad y otra parte tiene una capacidad menor a la necesaria.En contraparte, estados costeros como Campeche y Yucatán tratan apenas 1.9 y 4.4 por ciento de sus aguas residuales, respectivamente. En Veracruz, Jalisco y Campeche se ubican las playas más contaminadas del país.
El vertido de aguas negras a las costas afecta directamente a casi 3 millones de personas que viven en municipios costeros. A esta cifra se deben agregar los turistas que visitan las playas.
Un mar de riesgos.
Nadar en aguas insalubres implica poner en riesgo la salud, pues tal audacia puede provocar irritación en la piel, infecciones en oídos, ojos y aparato respiratorio, malestar estomacal y hasta diarrea por infecciones gastrointestinales.
El problema no termina en la salud humana. Debido a la contaminación de las zonas costeras y a las descargas agrícolas, domésticas e industriales, se han encontrado en ostiones y peces que llegan a nuestras mesas sustancias tóxicas como cadmio, plomo, mercurio, cobre, zinc, compuestos orgánicos persistentes como plaguicidas, hidrocarburos y bacterias de salmonella y de cólera.
Las secretarías de Medio Ambiente (Semarnat), Salud, Marina y Turismo son responsables del Sistema Nacional de Información sobre la Calidad del Agua en Playas. Es su deber informar veraz y oportunamente cuál es la calidad bacteriológica del agua en los destinos turísticos, para que la ciudadanía conozca los riesgos que enfrenta en algunas zonas. Sin embargo, no lo hacen.
Excelente, esta información es muy útil.
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